Aquí tenéis dos buenos ejemplos:
MADRID
El Museo del Romanticismo de Madrid fue creado en 1921 por Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer quien hizo donación de una colección de cuadros, muebles y objetos. El valioso fondo es instaló en un edificio construído en el año 1776 por el arquitecto Manuel Rodríguez y siguió incrementándose a lo largo de los años. Hoy, esta casa-museo es una espléndida puerta a través de la cual podemos retroceder hasta el diecinueve.
PARÍS
El Musée de la Vie Romantique de París está situado en una casa edificada en 1820. Se trata de un rincón casi escondido y fuera de los circuitos turísticos que cuenta, además, con unos deliciosos jardines donde, en verano, se puede tomar un té o un pastel inglés en el invernadero. No os perdáis este pequeño capricho si viajáis a la ciudad de la luz…
La “Sala Amarilla” del Museo de la Vida Romántica de París
(también llamada Sala de George Sand)
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